Carta abierta de un chico feo para un viejo rubio
o Ugly Kid Joe Vs. Donald Trump
Tenía mucho tiempo sin escribir un artículo
político. De verdad quienes me conocen saben que en un tiempo atrás
fui muy activo al respecto, pero tantas contradicciones en nuestro
política nacional me hicieron alejarme de todo eso. Porque al final uno no sabe
a quién ataca y a quién beneficia cuando escribe. Y en un mismo
sector político habrá siempre quien te utilice y quien te hunda, así que ante eso
es preferible, sin duda, alejarse. Una de las cosas que he concluido
con el tiempo es que escribir un artículo de opinión política, más
que un dedo acusador/denunciador debe ser siempre un ejercicio de
conciencia y autoconciencia. Por aquello de que cuando yo apunto con
un dedo, los otros cuatro dedos me apuntan a mí. No se puede ser
crítico sin ser autocrítico, y la autocrítica no puede ser una
licencia para meter la pata en equipo indolentemente. La autocrítica
es sobre todo un ejercicio personal, y quien no es capaz de ejercerla
consigo mismo, no tiene moral para arengar con el lugar
común de moda “seamos autocríticos”. No. Ese imperativo no se
conjuga en plural, sino en singular. Yo tengo que ser autocrítico de
mí mismo, de lo que hago, y sólo así puedo de verdad transformarme
y trascender. De lo contrario, es muy fácil esconderse en el grupo,
camuflarse, sobre todo cuando se trata de un partido, o mejor decir, de una partida de soberbios culpables que
apenas logran admitir que son humanos más por excusa fácil que por
compromiso humanístico.
Este preámbulo me sirve para
referirme de nuevo a quienes me conocen de hace mucho más tiempo, y saben que bajo toda esta retórica de escritor, está un rockero
inconforme. En este sentido una de mis bandas favoritas de toda la
vida fue Ugly Kid Joe. Esta fue una banda estadounidense escasamente
conocida en los noventas. Su relativa fama se debió sobre todo a su versión de Cats in the cradle de su primer disco completo America's least wanted. El título del álbum es un juego de palabras que puede entenderse como “el menos buscado
de América” o también “América es la menos querida”. Además, destaca en ese título que la tipografía de la palabra “least”
(el o la menos) simula una escritura manual como con tiza, de manera
que destacan aparte, con tipografía de imprenta, las palabras
“America's - wanted”, que puede entenderse incluso como esos
letreros que veíamos en la películas del Lejano Oeste: “America
se busca”... como una criminal, y obviamente sabemos que como argot yanki no se refiere al continente entero. Es pues, sin duda, un título ingenioso, lúdico y
polisémico.

Ugly Kid Joe fue una de esas bandas de la onda
alternativa/grunge que insurgían del seno de la sociedad
gringa para criticar visceralmente los vicios de su propio país, de
su propia cultura y de su propio gobierno. Y, junto con Nirvana,
Metallica o Pantera, que eran las más famosas, UKJ yo la escuchaba
apasionadamente y sin parar. La etiqueta del cassette traía las
letras de las canciones y yo las cantaba, y así también aprendía
inglés tratando de traducirlas. Yo me podría detener y explayar
aquí para hablarles, como el melómano que soy, de cada
una de las trece canciones, algunas más interesantes que otras, con
anécdotas y todo, pero sería desviarme mucho más de lo que quiero
expresar en esta nota. El asunto es que desde siempre, mi canción
favorita de ese disco fue la titulada Panhandlin' Prince,
cuya traducción sería “El Príncipe de la Mendicidad”, o en un
término más coloquial, “El Principe Pordiosero”. El
verbo “to
panhandle” significa
“pedir”, pero en el sentido de pedir dinero o comida en la calle,
mendigar, pordiosear.
Por extensión, el término
también está asociado al
andar desnutrido o hambreado por las
calles,
al
más raquitico de un grupo y se usa además
para referirse a las zonas
marginales o al “cinturón”
de pobreza de las grandes
ciudades. De manera que el príncipe
de nuestra canción es de cualquier
estrato social menos de la
realeza. Es obviamente un título irónico. Ahora bien, ¿qué se
ironiza con
la canción Panhandlin'
Prince? ¿Y
qué tiene que ver este artículo con Donald Trump?
Tengo, como
podrán ver, cerca de 25 años escuchando con
todo gusto esta canción, con
afecto y predilección.
Por supuesto, la fiebre de los noventas pasó hace ya
mucho, pero en
mi memoria están todas las canciones, aunque
no todas las letras de ellas las recuerdo con exactitud. Por
ello, en estos días he
estado recordándola y pues, luego de algún tiempo la he oído de
nuevo, con atención a la letra, y me ha sorprendido
escuchar la frase suelta “Yo,
Mister Trump”, en la coda
de la canción. El “Yo”
no lo estoy traduciendo, no se refiere al pronombre en
español en primera persona.
Es la versión “malhablada” (slam
o coloquial)
del pronombre en segunda persona “You” (tú). De
manera que es la forma desenfadada e irreverente de decir algo
así como “Epa, tú, señor
Trump”. Esto me hizo
desempolvar recuerdos de la primera referencia que alguna vez tuve
yo, y seguro todos los que leen esto, de ese tal Donald Trump. En mi
caso, la primera vez que supe que ese “señor” existía fue
gracias al Príncipe de la mendicidad.
En la canción, este
“príncipe” (duque o barón),
que vive en la extrema pobreza, le pide de la manera más irreverente
e irrespetuosa: “Epa, tú, Señor Trump, ¿puedo
hacerte una pregunta? ¿Tienes algún dinero extra para mí, mamón?
(uso “mamón” por traducción directa de “sucker”, aunque en
Latinoamérica sea un argentinismo, pero sabemos el doble sentido que
tiene esta palabra tanto en inglés como en perfecto venezolano:
¿mamón o mamador de qué? No voy más allá por respeto a los
lectores, aunque es bueno
saber que “sucker” puede entenderse en general como “pendejo”). Y sigue ese pedazo: “Porque soy un oprimido y excluido (“down and out”) y no hay
duda de que aquí me voy a quedar”. Y agrega “Sí, tú me ves tirado
con mis hermanos en
la cuneta, con mi bolsa de papel en la mano. Sí, hay frío en las
calles,
pero al menos tengo un alma... y es todo lo que necesito”.
Ahora bien, esta
es la coda de la canción. La letra completa en inglés, que
no tiene desperdicio, se las
pondré al final de esta nota con
una traducción mía, como
anexo.
Entonces, me interesa referirme al hecho de cómo es referenciado
Donald Trump por Ugly Kid Joe en 1994: como un millonario indolente,
sin
ninguna preocupación por la especie humana, y menos
aún de manera específica por los pobres, sin ninguna preocupación
de índole social. A mi generación, la Generación X, que en el caso de Estados Unidos es
la que actualmente vota, se
nos presenta Donald Trump como un magnate despreciable, y sin
embargo, como las ironías de la vida suelen exceder la imaginación,
es esta misma generación la que lo hace y acepta Presidente...
No voy a
detenerme tampoco
en toda la crítica que podamos hacerle al mecanismo
electoral estadounidense. No es mi intención hacer análisis profundos en este texto que simplemente escribo desde mi
subjetividad generacional, tal
vez más
desde mi ingenuidad de
escritor, y más aún desde mi actitud contestataria de rockero
venezolano en un mundo
globalizado. Tampoco quiero
dedicarme aquí a malgastar esfuerzos en hacer una reconstrucción
histórica del origen de Donald Trump. Que otro le haga ese favor.
Todos saben que es uno de los
empresarios más exitosos del mundo. En cuanto a mí, ya
voy al grano con lo que me ha
motivado a escribir esto.
¿Es este
individuo, Donald Trump, despreciado por los rockeros de mi
generación, llegado por artilugios electorales a la presidencia
imperial norteamericana, el mismo
que hoy perjudica
económicamente a mi país,
en
nombre de unos ideales que nosotros, al menos desde 1994 (un cuarto
de siglo ya), sabemos que nunca ha tenido? Sin
duda, es el mismo. El mismo que, debido a esa indolencia casi
sociopática, tiene hoy a Estados Unidos en el primer lugar de casos
de la pandemia que aflige a la humanidad. Tampoco voy a especular
repitiendo
que este virus de laboratorio fue invento gringo ordenado por él,
sin embargo, para mí no sería algo para extrañarme. Ese tema delicado, competente a los expertos en el tema de la salud,
tampoco me interesa desarrollarlo acá.
Mi punto es que
me parece insólito que ese “personaje” que es Donald Trump,
tenga hoy en día el poder suficiente como para decidir, sentado
sobre su gordo trasero en la Casa Blanca, qué país o qué empresa
tiene o no derecho a comercializar o tener cualquier tipo de relación
con Venezuela. Eso se llama, aquí y en cualquier parte
del mundo, injerencia. Y digo
de una vez que me parece
terrible que existan venezolanos capaces de apoyar esas medidas
coercitivas económicas contra Venezuela, que
en situaciones normales es injusticia, pero en situaciones de
pandemia global dan cuenta de una demente maldad comparable a las que harto se conocen desde la historia antigua.

Esto es, y
disculpen si sueno más visceral a continuación, como que
usted sea
de oposición y está interesado en que, en el
seno de su familia, su
hermano y su papá, que son oficialistas ambos, desee
convencerlos
de que están equivocados. ¿Qué
necesitaría usted del líder opositor que pueda existir en su
comunidad?: ¿que le prohíba a todos los miembros de la familia ir a
comprar a la bodega o a la farmacia, hasta que su papá y su hermano
chavistas se pasen para la oposición o se vayan de la casa? ¿Y
mientras haya chavistas ahí entonces nadie come en la casa, el hogar
será “bloqueado”? ¿Usted
apoyaría eso? Pero
empeoremos la comparación para aquellos que aún creen que Maduro es
un dictador. Imagine que usted es una mujer maltratada en casa,
y entonces, para forzar al marido maltratador a
que no le pegue más, llegara
el vecino que vive cómodamente
en frente y
le
pusiera un candado en la puerta para que nadie salga a comprar comida
hasta que el marido no se
tire por la ventana. ¿Y
si al tipo no le da su gana de
lanzarse, entonces la mujer no va a comer más ni a recibir atención? ¿Y los niños
tampoco? ¿Así aún
se nota lo ilógico, hace
falta otro ejemplo más contundente? Lo
siento, no tengo más ni
quiero poner peores, aunque podría. El punto es: ¿tiene
alguna lógica todo esto?
Yo insisto: ¿realmente podemos aceptar que Donald Trump nos gobierne
desde afuera, controle nuestras relaciones internas
e internacionales, reprima
nuestras capacidades geopolíticas, maneje
nuestra supervivencia a su antojo, nos manipule sólo porque se cree
el policía del mundo? ¿Son
los Estados Unidos de América por qué, porque gobiernan todo el
continente como les da la gana entonces? ¿Es eso lo que debemos
aceptar sin hacer nada salvo permitírselo? ¿Tanto
odio o resentimiento hay en nuestros corazones? Y al final de cuentas: ¿acaso es Maduro, el "marido maltratador", quien sufre por todo eso? Yo creo que no. Él se ve bastante tranquilo, en realidad.
En resumen:
Trump, que jamás se ha preocupado por los pobres, por los
príncipes pordioseros,
que como presidente de Estados Unidos sólo está interesado, como
todos, en los recursos nuestros, ¿cómo fue que adquirió en este
planeta Tierra, la potestad para decidir cuáles países y empresas
comercian con nosotros y cuáles no? ¿Quién le dio ese poder?
¿Nosotros? ¿Los votantes
gringos? ¿O
sólo su dinero y
su poder económico-mediático?
Y si es así, ¿este es el mundo que queremos vivir, en el que un
millonario
petulante que gobierna en
otro país decida cuándo
y cómo tenemos derecho a decidir sobre nuestras propios destinos
como nación? ¿No podemos ser capaces de superar nuestras
diferencias internas? Yo
estoy de acuerdo con que seamos opositores
todos, pero opositores al enemigo común, o
vamos a seguir “oponiéndonos” entre nosotros mismos?
¿O usted cree que su enemigo es el gobierno de Maduro, o
sus funcionarios, o yo? ¿O usted, caso contrario, cree que su enemigo es el opositor, el antichavista? ¿Usted
no tiene familiares,
amigos o vecinos iguales a usted que forman parte de este gobierno de
alguna manera, lo apoyen o no (porque funcionarios públicos
opostores hay millones)?
Todos tenemos derecho y deber de criticar todo lo que creamos
criticable del gobierno porque somos venezolanos, pero criticar es
para qué: ¿para
destruir o para construir?
Y digo más, el
primer y más poderoso enemigo nuestro tampoco es en
realidad Donald Trump ni
Estados Unidos, ni la CIA,
ni el Imperialismo, ni
quienes lo apoyan... No. Ninguno de ellos.
El primer y más poderoso
enemigo nuestro somos
nosotros mismos, esclavizados por nuestros propios
prejuicios, nuestra propia soberbia, nuestra propia ideología
castradora,
nuestra no aceptación del
otro, nuestra manía de criticar y quejarnos por todo sin aportar
nada, nuestro paternalismo estatal entronizado en las venas, nuestra
falta de consciencia sociocultural,
nuestra falta de sensiblidad, nuestra creencia férrea en que somos
los dueños de la verdad y los demás son unos ignorantes, y estos
errores
los
cometemos todos los días. Yo mismo he
caído en esos errores, lo
admito y no me voy camuflar
entre el grupo, como dije al principio. Pero lucho contra eso,
es decir, contra mí mismo, para ser útil a mi patria y a mi
prójimo. No me enfrasco en
luchar contra nadie más que en contra de mis propios defectos,
prejuicios y errores... Porque
amo y porque sólo el amor vale la pena mantenerlo como la causa más
justa de nuestras acciones en la vida.

PANHANDLIN' PRINCE, UGLY KID JOE
PRÍNCIPE PORDIOSERO, EL CHICO FEO JOE
Sittin' on a
rusty park bench baby, not much else to do
Sentado en un
oxidado banco en el parque, nena, sin mucho más que hacer
Smoke cigarettes
and drink my Mickey's fine malt liquor brew
fumar cigarrillos y
beber mi licor de malta fina de Mickey
As I start
drinkin' and I start thinkin' that death is on my side
Así comienzo a
beber y a pensar que la muerte está de mi lado
If my heart
stopped beatin', the street kept reekin' that's suicide, that's
right!
Si mi corazón dejó
de latir, la calle siguió apestando, eso es suicidio. ¡Correcto!
I grew up in the
inner city, a dark part of this town
Yo crecí en el
interior de la ciudad, una parte oscura de este pueblo
Just another
innocent backwoods victim, society like to put down
Sólo otra inocente
víctima de estos bosques a la que la sociedad le gusta reprimir
You can call me a
boozer, or call me a loser, it really doesn't matter to me
Ustedes pueden
llamarme borracho, llamarme perdedor, eso realmente no me importa
I got a bench for
snoozin', some sauce to keep boozin', that's all I need
Tengo un banquillo
para dormir, algo de alcohol para seguir ebrio, eso es todo lo que
necesito
I keep it comin'
sometimes I don't know why, ooh! yeah, I'm gonna do it 'til the day I
die. Yeah!
Sigo viniendo a
veces, no sé por qué, oh!, sí, y lo voy a hacer hasta el día que
me muera. ¡Sí!
Consider me the
duke as I dine in your dumpster, unsanitary engineer
Considérame un
duque mientras ceno en tu basurero, Ingeniero de la Insalubridad
Baron of the
bench the panhandlin' master, well, I'm pullin' twenty G's a year
Barón del
banquillo, maestro de la pordiosería, bueno, estoy drogándome
veinte veces al año
I know it ain't
much but at least I'm in touch, yeah, with reality
Sé que no es mucho,
pero al menos estoy en contacto, sí, con la realidad
And I wouldn't
trade no places to be in rat races, no siree!
Y no cambiaría
ninguno de estos lugares por estar en carreras de ratas, ¡no
señorín!
I keep it comin'
sometimes I don't know why, ooh! yeah, I'm gonna do it 'til the day I
die.
Sigo viniendo a
veces, no sé por qué, oh!, sí, y lo voy a hacer hasta el día que
me muera.
Yo, Mr. Trump,
can I ask you a question, you have some spare change for me, sucker?
Epa, tú, señor
Trump, ¿puedo hacerte una pregunta? ¿Tienes
algún dinero extra para mí, mamón?
Now I'm down and
out and there ain't no doubt that I am here to stay
Ahora
soy un oprimido y excluido y
no hay duda de que aquí me voy a quedar
Yeah you see me
with my brothers lyin' in the gutter with my... my paper bag in hand
Sí,
me ves tirado
con mis hermanos en
la cuneta con mi... mi
bolsa de papel en la mano
Yeah
the streets are cold but at least there's soul... all I need...
Sí,
hay frío en las calles,
pero al menos tengo un alma... y es todo lo que necesito...
Hey
yo, Trump, good job!
¡Epa
tú, Trump, buen trabajo!
You'll
take away my peace of mind, you'll leave me there to rot and die,
yeah!
Tú
te llevarás mi paz mental, me dejarás ahí para que me pudra y
muera, ¡sí!
But
look again, my careless friend, the world you live is just a lie,
yeah.
pero
mira de nuevo, mi descuidado amigo, el mundo que vives es sólo una
mentira, sí.
It's
a give and take, the more the fake, the more the pain, the more you
lose, yeah!
es
un dar y quitar, a mayor falsedad, mayor dolor, y más lo que
pierdes, ¡sí!
So
live your life, don't take no sides, n' seize the day and drink your
booze...
Así
que vive tu vida, no tomes partido, aprovecha el día y bebe tu
trago...
Isaac Morales Fernández. Caracas, abril de 2020
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